La primera vez que me invitaron a una calçotada y probé esta cebolla alargada me sorprendió y conquistó. Es que os tengo que admitir que no soy un amante de la cebolla, especialmente cruda, sin duda es un mío limite! y por eso me llevé un gran descubrimiento.
Su textura acuosa y tierna, su sabor mas suave acompañado del ahumado, y por supuesto una buena «Romesco» lo hace un comer gustoso, uno tira otro, mientras los dedos de las manos se manchan cada vez mas de ceniza, y cuidado con tocarte la cara!
Las calçotadas entre amigos y familiares son la perfecta excusa para pasar un buen rato, comer y beber; es decir, un plan perfecto para disfrutar al aire libre y en buena compañía.
Su preparación desprende ese aroma a alegría, colaboración, creando una atmosfera animada y divertida, y ¿será casualidad que su temporada alta coincida con la entrada de la primavera, el despertar de la natura y de las jornada soleadas?
La forma mas tradicional de hacer los calçot es sobre llama de sarmiento, dejándolos reposar envuelto en papel de periódico, también al horno si no se dispone de fuego, y otra menos usada rebozados; en cualquier elaboración que elijas hacer no puede faltar una buena salsa Romesco, así que te vamos a desvelar cual es nuestra receta esperando que puedas disfrutar con ella.
INGREDIENTES:
PREPARACIÓN:
En una bandeja de horno ponemos a asar el pimiento, la cabeza de los ajos, el pan y los tomates, añadimos un buen chorro de aceite.
El pan lo tendremos que sacar antes
Una vez lo tenemos asado lo pelamos y lo echamos a una batidora, le añadimos sal y pimienta, la cucharadita de la carne de ñora, (si no tuviéramos la podríamos hacer igualmente sin ella), el aceite y el vinagre, si nos gusta mas acida le añadimos mas vinagre al gusto, lo trituramos todo y tenemos la salsa lista.
